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La vida después de Gutenberg

Autor

GUTENBERG

Publicado

02/02/2022

Año tras año vemos con orgullo a nuestros alumnos concluir sus estudios formales y, con ello, una etapa de sus vidas. 

Del mismo modo, inicia una nueva como profesionales plenos y capaces de desarrollar todo su potencial con las herramientas adquiridas tras años de esfuerzo y capacitación. 

Pero el paso del tiempo no borra los recuerdos que los alumnos forjaron dentro de nuestras paredes. Por esa razón, hemos conversado con algunos de ellos para rememorar sus experiencias como estudiantes e indagar cómo son sus vidas como diseñadores gráficos de “la” Gutenberg.


DG Martín Casanova

“Las cosas que yo valoro son las que aprendí en Gutenberg”

¿Cómo descubriste Gutenberg?
Me interesaban mucho los cómics, así que decidí estudiar para producir historietas. Empecé algo como hobby, pero nunca fui muy bueno dibujando. Cuando terminé el curso me quedé medio en la nada.
No sabía que hacer y un día mi papá se había encontrado en el asiento del tren un folleto de Gutenberg y me preguntó “Che, te interesa estudiar diseño gráfico?”. Jamás se me había cruzado por la cabeza. Fui a una charla introductoria y con eso compré.


¿Cómo fue tu incursión al mundo de los cómics?
Ya antes de terminar el primer año con un compañero editamos la revista Comiqueando, que si bien ya existía, hicimos como una reversión de esta revista que estaba desaparecida. Eso fue lo que me terminó llevando al mundo editorial. Fundé mi primera editorial, que se llamaba Domus; y más tarde con unos amigos pusimos una editorial que se llama Moebius Editora.


¿Y en ese transcurso, cómo llegaste a Ovni Press?
Al meterme en el mundo editorial me hice amigos en el ámbito, uno fue Matías Trimarchi, que tenía su propia editorial, Ovni Press, que hacía cosas parecidas.

Un día fuimos a una convención de cómics en Rosario, la Crack Bang Boom, y me comenta que estaba a punto de firmar un contrato para editar Marvel en Argentina. Era algo muy groso, y era un pibe que no tenía una súper editorial. Tenía dos personas, hacía todo a pulmón. Además de Marvel, me confirmó que iba a empezar a sacar el cómic de The Walking Dead. Yo era re fanático del cómic, la serie todavía no había empezado. Y ahí le dije que si yo no trabajaba con él iba a tener que matarlo (risas).

Trabajé en esas dos ediciones y, resumiendo diez años, fue todo de a poco, hasta que hoy Ovni Press tiene oficina propia, empleados, depósito. Pero empezó con cada uno en su casa, con su compu y trabajando como se podía. Hoy estoy trabajando como Director de Arte de la editorial y tengo diseñadores gráficos a mi cargo.


Teniendo otros diseñadores a cargo, ¿Se nota en el desempeño el nivel de capacitación?
Sí, veo muchos diseñadores que son autodidactas y aprendieron a usar el programa. Siento que a ellos les cuesta muchísimo. Por ejemplo, si tenemos el logo de Black Canary, que nosotros le ponemos “Canario Negro”, necesitamos que cuando aparece su logo, se redibuje como su nombre en español. Alguien que no estudió diseño no lo puede hacer. Veo muchas de esas limitaciones para alguien que no estudió diseño.


¿Qué cosas tomás en cuenta a la hora de evaluar el staff?
Soy muy detallista y trato de exigirle a los diseñadores que sean igual de detallistas que yo. Gutenberg me formó así y las cosas que yo valoro son las que aprendí en Gutenberg. Así que me encantaría que más alumnos de Gutenberg manden sus currículum, siempre estamos buscando gente. Así que, alumnos de Gutenberg, ¡Vengan!


¿Qué destacarías del trabajo que hacen?
Creo que el trabajo que hacemos es muy atractivo porque la historieta le llega mucho a los jóvenes. Saber de diseño y hacer algo que te gusta es una combinación espectacular. No hay forma de que no mejores si te gusta lo que estás haciendo. Además, me encanta sentir que estamos generando nuevos lectores que el día de mañana van a ver nuestros libros con esa nostalgia que tengo yo con los que compraba de joven.

DG Damián López

“Gutenberg es una experiencia que no la cambiaría”

¿Cómo describirías tu experiencia como estudiante de Gutenberg?
En mi caso, la Gutenberg fue un antes y un después, mi vida cambió rotundamente. Si hoy tengo una familia es gracias a Gutenberg. El primer día de clases conocí a la que ahora es mi mujer, socia en el trabajo y también tenemos una hija. Todo fruto de haber empezado en la Gutenberg. Es una experiencia que no la cambiaría.


Hoy sos co-fundador de un estudio de diseño, ¿Cómo se dio?
Motivándonos entre compañeros a hacer algo distinto, creamos nuestro estudio, Lupa, mientras estábamos cursando y es al día de hoy que sigue vigente. Fueron un montón de cosas que construimos y que hoy se ven plasmadas.
Actualmente, somos un equipo de cinco personas. Todos los que están con nosotros son ex alumnos de Gutenberg. Nos dedicamos a todo lo relacionado con branding, creación de marcas desde start-ups o marcas ya consolidadas. Incluso manejamos marcas que no fueron diseñadas por nosotros pero necesitan de un entendimiento de marketing. Además, ofrecemos todos los colaterales, como desarrollo web. Siempre que esté asociado a una marca, lo hacemos.


¿Cómo fue ese proceso de construcción que mencionaste?
Por suerte en mi situación, haberme asociado con Cata nos impulsamos y motivamos demasiado para decirnos “este es el modo de vida que queremos”. No solo a nivel profesional, sino entender un emprendimiento como una forma de vida. Decidir cómo puedo diseñar un proyecto que se amolde a cómo quiero vivir, cómo quiero trabajar, cómo quiero dar trabajo.


¿Cuál es la principal diferencia entre ser free-lance y tener un estudio?
La diferencia es que como estudio vos ofrecés un conjunto de soluciones. Por ejemplo, si tengo un proyecto que necesito habilidades de ilustrador, voy a armar un equipo con ese tipo de habildades. En cambio, cuando sos free-lance, vos solo podés vender tus propias habilidades, y si no sabés hacer desarrollo web vas a tener que rechazar todos los proyectos que sean de web porque no los podés hacer.


¿Cuál es un aspecto clave a la hora de encarar un emprendimiento como el de ustedes?
Para mí lo más desafiante es el mindset, tenés que cambiar tu cabeza. Es muy lineal que los diseñadores terminemos siendo free-lance porque lo que más sabemos hacer es ejecutar diseño. Yo creo que muchos diseñadores en la etapa de estudiante tienen cierto acto de rebeldía de querer hacer algo por su cuenta. Muchos lo materializan, muchos lo intentan y quedan en el camino.
El tema es que nos falta una pata de negocio importante. Si bien la Gutenberg tiene algo en el último año de la carrera, nunca es suficiente a enseñar a emprender en el mundo del diseño. Podés estudiar ciertas fórmulas, pero siempre me quedaban preguntas.


¿Y cómo se superan esas incertidumbres?
La realidad es que te la das contra la pared todo el tiempo. Tenés que aprender a no frustrarte y volver a intentarlo de otra forma. No ser terco. Si descubrís que algo no funciona, no quieras seguir intentándolo, tenés que adquirir esa habilidad de detectar si algo funciona o no y probar con otra alternativa. 

DG Cecilia Farías

“Yo digo con mucho orgullo que estudié en la Gutenberg”

Hoy formás parte de una empresa argentina icónica, ¿En qué consiste tu trabajo en Mercado Libre?
Hace seis años que estoy trabajando en Mercado Libre. Comencé siendo Diseñadora Semi Senior de UX y UI; y hoy soy líder de equipo.
Hay una particularidad del diseño de experiencia que pasa por otro lado. No se valúan las aptitudes técnicas de alguien. Se evalúa el tener una mirada funcional y pragmática del diseño, en lugar de creativa en el punto de vista visual. Tiene que ver con la intención comunicacional, pero desde el punto de vista funcional de lo que estamos construyendo.
Por ejemplo, al tener que construir una pantalla para que la persona que la use sepa que debe apretar el botón, ese es el objetivo. Si veo que desde el diseño o propuesta de contenido no responde, mi comentario va a ser que hagamos ajustes esto para que se adecúe al objetivo de comunicación desde los dos aspectos.


¿Cómo fue tu formación para dedicarte a esa área tan específica?
Creo que, haciendo todo ese recuento, la Gutenberg se caracterizaba, y seguramente lo sigue haciendo, en que tiene un foco, no solo desde la parte creativa como morfología o diseño aplicado, sino que también con un buen entendimiento de lo técnico.
No solo te preparaban para conocer las tecnologías de impresión, sino que tenías una buena preparación de programas. Lo básico, pero súper necesario. Hay otras instituciones que tal vez te dejan por tu cuenta. Acá había un seguimiento de taller de tecnología mucho más sólido. Junto a eso, había también una materia multimedial que empezaba, de a poco por el 2010, a incorporar conceptos de experiencia de usuario, que eran nuevos.
Además, mis primeros trabajos tuvieron que ver con el area digital. Primero trabajé en un e-commerce, aprendiendo a complementar diseño con tecnología. Aprendí HTML y CCS. De hecho, hice uno de los cursos que se daban en Gutenberg los sábados con Lucas Urel. Con el tiempo seguí desarrollándome y llevé mi carrera al lado digital.
Yo lo digo con mucho orgullo que estudié en la Gutenberg. Siempre digo que es un ciclo que completé ahí. Estoy muy orgullosa de la capacitación que recibí ahí.


¿Cómo considerás la visión del Diseño Gráfico abordada en Gutenberg?
Gutenberg es una institución muy sólida desde la propuesta académica. Incluso desde el punto de vista comunicacional porque en Gutenberg nos quemaron la gorra con que diseño es comunicación. Creo que eso es muy vital para la disciplina porque no es solo una cuestión creativa, sino que el abordaje es “lo que estás poniendo ahí, comunica. Cualquier cosa comunica”. Es súper interesante eso, me quedó muy grabado y no siempre lo veo en todos los profesionales que me encuentro.
Saber que algo que uno construye, diseña, llega y tiene el impacto en miles de personas es gratificante. Creo que una buena charla motivacional sería: “Vas a tener el poder de comunicar visualmente y vas a tener que aprender cómo usarlo. Como en SpiderMan, detrás de cada poder hay una gran responsabildiad”.

DG Tatiana Coda

“Los profesores te tratan como un futuro colega”

¿Qué destacarías de tu experiencia cuando ingresaste a Gutenberg?
Los profesores que tuve en primer año eran todo lo que estaba bien y nos hicieron sentir híper cómodos, bienvenidos, como en familia. Ya de entrada, los profesores te tratan como un futuro colega.
La verdad, me saco el sombrero con todos. Son muy buenos en lo que hacen, y a la hora de enseñar también. Te transmiten, no solo los conocimientos, sino la pasión por el diseño. Eso está bueno, porque si no te divertís se nota en el resultado.


¿Y hoy trabajás junto a tu hermana?
Mi hermana es redactora publicitaria. Yo empecé estudiando Dirección de Arte en Publicidad y pasé a Diseño; y ella hizo Redacción Publicitaria y se pasó a Edición Editorial. Entonces las dos funcionamos como dupla creativa. Una vez que me recibí y me empezó a entrar trabajo y a mi hermana también, nos juntamos y decidimos abrir una agencia.


¿Y cómo funciona esa sociedad?
Nosotras nos llamamos “And” porque somos una red. En la agencia como tal somos dos pero tenemos una red de contactos para practicamente todo lo que haga falta. Fotógrafos, ilustradores, producción gráfica, por ejemplo.
El concepto de la agencia fue ese. Nos llamamos And porque conectamos. Si no tenemos lo que cliente necesita, nosotras vamos a conseguir a alguien que lo pueda hacer bien, lo presentamos y unimos su presupuesto al final, pero con su logo en su parte que le corresponde.


Hablando de presupuesto, ¿Es difícil aprender a armar un presupuesto?
Hay un tarifario en el que nos tenemos que basar los diseñadores gráficos para poner nuestro precio, pero tiene números que a veces no se pueden aplicar a la realidad de Argentina. Es como el psicólogo, que tiene un precio por su hora, pero también puede elegir hacerle precio a la persona que tiene adelante en base al caso que tiene.
Por eso es que no hay un precio fijo sobre el diseño como actividad. Juega mucho cuánto querés ayudar a la persona que tenés adelante. Estás en tu derecho de decir “solo estoy dispuesta a trabajar si me pagan lo que corresponde”, como también es válido decir “bajo un poco el precio y te ayudo en tu emprendimiento”.


En el caso de ustedes, ¿Cómo afectó la pandemia su trabajo?
Más allá de que la pandemia fue un horror para todos, hay que destacar que, a nivel de diseño gráfico, nos dio un montón de trabajo porque todos los comercios cerraron y se abocaron a la comunicación digital y hubo un alza enorme en la demanda de trabajo de diseño.


¿Puede pasar que tanta demanda de trabajo afecte tu rendimiento como diseñadora?
El diseño gráfico es una carrera en la que la cabeza juega mucho, a favor o en contra. Te levantaste un día inspirada y sacaste todos los pendientes en tres horas, o quizás pasa un mes y no pudiste hacer un posteo.
Ahí es donde entra en juego esta cosa de “apago la cabeza y me pongo a trabajar”, porque no deja de tener un proceso. No depende solamente de la inspiración. Soy de las que opinan de que un buen diseño es un 10% inspiración y un 90% trabajo.

DG Christian Grahl

“Literalmente fue una de las mejores decisiones que tomé”

¿Cómo describirías tu paso como alumno de Gutenberg?
Entrar a Gutenberg fue un cambio de perspectiva. Me empecé a sentir querido por los profesores. Te motivaban, no sentía un mal trato que me llevé de otro lugar. Eso fue un acompañamiento y eso claramente ayuda a tu crecimiento.
Yo estudiaba en otra universidad y empecé a ver que no era por ahí. Llegué a Gutenberg y empecé a sentirme bien y cómodo, realmente te das cuenta que vas progresando. Eso es impagable porque es tu formación.
Estuvo bueno, literalmente fue una de las mejores decisiones que tomé.


¿Cómo conjugaste el estudio con el trabajo?
Siempre traté de trabajar de manera free-lance como diseñador. Tomé uno u otro proyecto, por contacto o referencia, o por buen feedback de otros contactos. De a poco se va formando esa red y eso te hace mantener en movimiento.
Lo que destaco, que para mí es lo ideal, es poder trabajar mientras cursás. Es como un complemento porque le sacás más jugo a las materias al pararte desde un rol mucho más curioso o cuestionador. Hacés preguntas que el que no ejerce no haría. Entonces complementar el trabajo con el estudio es muy valioso.


¿Sentías la diferencia con el transcurrir de la carrera?
A medida que vas avanzando en la carrera, vas ampliando tu perspectiva. Año a año empezás a notar las cosas que podrías haber mejorado o hecho diferente. Eso no habla de un error, sino que habla de un progreso.


Hoy formás parte de un estudio de diseño, ¿Cómo surgió esa oportunidad?
Poco antes de terminar la carrera, con la profesora de Morfología, Catalina Palma, ya veníamos hablando sobre esta posibilidad y se dio como el momento bisagra en que probamos un proyecto. Ella tiene un estudio con su marido, también socio fundador del estudio, Damián López.
Fue algo muy bueno porque por primera vez salí un poco de lo free-lance y empecé a entrar al ritmo de un estudio. Ya pasó un año y somos más integrantes. Día a día sigue creciendo y formalizando y su estructura cada vez más.


¿Qué aspecto de la profesión considerás importante?
Hay que meterle a pleno al portfolio, por ejemplo con Behance o LinkedIn. Sobre todo a Behance trato de mantenerlo en lo que puedo. Creo que le debe pasar a todos los diseñadores, que son esas pequeñas dosis de Behance que le metés en el fin de semana para restaurar un poco tu portfolio.
Eso está bueno porque basicamente te ve todo el mundo. Si lo empezás a escribir en inglés, también suma porque, por ejemplo, a principio de 2021, una agencia de Washington vio un trabajo mío, me contactó y salió un proyecto.
Gutenberg también fomenta eso de darle importancia al portfolio porque es súper importante. Además, con la materia de Práctica Profesional de Marina se hace mucho hincapié en la creación del portfolio, armar un Beehance y presentar proyectos. Creo que, más allá de las materias troncales que te nutren y te van formando como diseñador, también está la otra veta del diseñador que se sabe vender. Tenés estar atento a esas cosas porque te hacen poder venderte, llegar a otros lugares y generar esos contactos.

“Lo que aprendía en Gutenberg lo fui implementando en mi día a día en el trabajo”

¿Cómo empezó tu dedicación al diseño?
Amo mi profesión, estoy en el diseño desde el 2006. A mí me llamó el diseño gráfico en ese momento y empecé a hacer cosas para meterme en carrera. En ese momento logré que la empresa para la que trabajaba, que era de venta directa, abriera un departamento de diseño y marketing interno. Ese fue un logro mío y a partir de ahí seguimos, a los ponchazos, pero bueno.


¿Podríamos decir que tu último año fue “vertiginoso”?
Me gradué a fines de 2020, en plena cuarentena. Fui una de las camadas que cursó todo el año, en plena virtualidad. Cuando pasó todo esto, hablé con Marina para poder hacer todas las materias en doble turno y poder graduarme en ese año. Si no me tocaba cursar medio año más.
Es decir que, más allá de mi esfuerzo, la Gutenberg hizo muchísimo para que yo pueda recibirme ese año. Terminé haciendo tres materias en el primer trimestre y siete en el segundo. Habían días en que me sentaba a las tres y media de la tarde y me desconectaba a las diez de la noche, porque estaba haciendo tres materias.


¿Cómo te sentís después de tanto esfuerzo?
Estoy muy orgullosa porque primero logré terminar algo que me faltaba. Ingresé en el 2014, hice el curso de ingreso. Soy mamá soltera, tengo un trabajo in house full time. Entonces por un tema de espacio y tiempo me fue imposible hacer la carrera, primero en los tres años que se proponen, y en segundo lugar cursar más de dos materias por semana porque era imposible entre el colegio de mi hija, el trabajo y la casa.


¿Cómo repercutió Gutenberg en tu carrera laboral?
Hoy trabajo para el mismo grupo empresario pero para otra unidad de negocio, que es el e-commerce en Lencería Moda. Ellos arrancaron en el e-commerce en 2015, cuando yo había arrancado en Gutenberg hacía poco. Entonces el crecimiento del departamento de e-commerce, del cual yo soy la responsable desde hace dos años, fue en conjunto. Lo que aprendía en Gutenberg lo fui implementando en mi día a día en el trabajo. Así, hubo un montón de cosas que antes no sabía, como el diseño de aplicaciones o UX.


De tu experiencia con la institución, ¿Cuál fue la más significativa para vos?
Lo que más destaco de mi paso por Gutenberg es que, si bien tuve muy buena relación con todos los profesores, hubo una profesora en particular que me ofreció ser ayudante de cátedra. Esa profesora es María Laura Garrido, de Diseño Editorial de 3° año.
Así que tuve la oportunidad de ser ayudante de cátedra el cuatrimestre pasado, en esa materia. Fue mi primera experiencia desde el otro lado. Ese es para mí es el hito de todo esto, más allá del título y de graduarme. En realidad descubrí mi faceta docente, que me encanta y me divertí un montón; y ahora formo parte del equipo de María Laura.


Entonces, ¿Qué consejo le darías a tus futuros alumnos?
Les diría que si tienen la posibilidad de experimentar y de descubrir realmente si les gusta, que lo hagan y no se queden con las ganas, y no piensen la posibilidad de que no tengan aptitud. No hay que tener aptitud, las aptitudes se van desarrollando a lo largo del estudio.

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