Publicado
03/07/2024
En general un libro nos seduce primeramente por su portada. Luego, los que estamos dentro del mundo editorial, gráfico o de diseño automáticamente vamos a buscar la “info” de quienes intervinieron en dicho ejemplar. Somos aquellos a los que nos importa el ADN del libro, para luego darle lugar al texto.
Pero lo que sí sabemos y tenemos bien claro es que estar ahí es un reconocimiento, es una carta de presentación de nuestro trabajo.
Es entrar al submundo de información que quizá solo a unos pocos nos interesa. Pero lo que sí sabemos y tenemos bien claro es que estar ahí es un reconocimiento, es una carta de presentación de nuestro trabajo. Es el participar y el ser parte del producto.
Sin nosotros, el libro aún sería un archivo y, además de no estar siendo leído, todos los que figuran en él no estarían siendo reconocidos.
Si bien son decisiones editoriales quiénes deben figurar o no en los legales, sería una generosa oportunidad incluir a quienes realizamos la producción gráfica. Sin nosotros, el libro aún sería un archivo y, además de no estar siendo leído, todos los que figuran en él no estarían siendo reconocidos.
Sabemos en detalle qué significa cada espacio, cada lugar, cada dato y cada número que allí se menciona.
Sabemos en detalle qué significa no ser vistos.