La gran cantidad de cambios producidos, la velocidad en que estos ocurren, así como la incapacidad para predecir todas las situaciones o el curso de los acontecimientos, la dificultad de distinguir causas y efectos o lo complicado de comprender las relaciones o nuestro entorno, nos pone en un lugar de enfrentamiento con los nuevos paradigmas. Esto genera grandes desafíos desde muchos puntos de vista.

En relación con esto reflexionemos juntos, por ejemplo, quiénes somos y cómo dirigimos lo que hacemos.

Qué nuevo perfil de profesional necesitamos ser: innovador, imaginativo, creativo, capaz de trabajar en colaboración con quienes se nos presentan, en cualquier momento y lugar.

¿Somos quiénes utilizamos la tecnología para trascender la necesidad actual, transformarnos junto a la era digital y estar ya preparados para los nuevos cambios que se están produciendo? ¿Tenemos las herramientas imprescindibles para estos avatares, o nos tenemos que capacitar un poco más? Entendemos que, además de los cambios económicos, sociales, políticos, ambientales, legales, tecnológicos que se están produciendo, las nuevas tendencias también son foco para modificar nuestros pensamientos y gestiones, como ser el triple impacto, la economía circular, la industria 4.0, entre otros.

Para lograr que nuestro cometido sea cada vez mejor, necesitamos no solo entender dónde estamos, sino también empezar a buscar estrategias nuevas que nos ayuden a abrir nuevos caminos. Esto es, el medio a través del cual definimos objetivos, adaptándonos a un entorno con la meta de conseguir una ventaja competitiva en el tiempo; mejorar el rendimiento, las expectativas según los grupos de interés que nos rodean; tener visión global (habilidad de mirar y pensar más allá de la “caja”), disciplina, curiosidad (ve más allá de la superficie del problema), foco (alineación), apertura mental (no descarta ideas que a primera vista parecen imposibles), intereses múltiples; desarrollar comunicación productiva (oral y escrita), relaciones interpersonales productivas, análisis y resolución de problemáticas, orientación a logros o resultados en los procesos.

Pensar Estrategias:

Como un Plan: “especie de curso de acción consciente, deseado, proyectado, anticipadamente, para abordar una situación a mediano y largo plazo”.

Como Táctica: “proceso o acciones en que se conjugan todas las posibilidades físicas, técnicas, teóricas, psicológicas, para dar una solución a corto plazo”.

Como Pauta: “ejecución de movimientos estructurales que obedecen a una serie de patrones tempo espaciales o/y modelos que garantizan la eficiencia”.

Como Posición o Alcance: “un medio de ubicar una organización en su entorno; como la quiero situar, donde, porque y para qué”.

Como Perspectiva: “una forma arraigada de percibir el mundo; incluye la posición (entorno que se ubica) y la amplía; una forma de actuar; el compromiso”.

Esto significa encontrar el Pensamiento Estratégico que estamos necesitando para gestionar mejor, tener la capacidad para detectar nuevas oportunidades, ajustar lo que está en marcha, realizar alianzas estratégicas con clientes, proveedores o aliados del mercado, entre otras cosas.

“Una persona con pensamiento estratégico desarrollado es aquella que puede ver las consecuencias antes que los demás.”, dijo H.M.

A partir de lo anterior, sería interesante que analicemos e interactuemos en conjunto para lograr que la industria gráfica y el diseño sean, entre otras cosas, una actividad mediadora que tiene mucho que ver con la configuración del entorno artificial y que constituye un elemento significativo de sus interacciones con los individuos y la sociedad. De esta manera, podemos reflexionar como dar forma inteligible a las ideas (hacerlas visibles y tangibles), comunicar información, cómo se ha escuchado por ahí, por acá, por allá, “la forma informa”. La información realiza su designio al ser comunicada; es entonces cuando cobra su pleno sentido y su razón de ser en los ojos de los individuos y de la sociedad. Los objetos median para funciones que desencadenan actos de los individuos, los mensajes son mediadores que transportan información para el conocimiento.

Si lo tomamos desde los procesos de una nueva economía, la circular, que se viene generando complementada con la industria 4.0, podemos pensar, entre otras muchas actividades, cómo incorporar materiales reutilizados y potenciar la circularidad en la fase de diseño, usar big data para desarrollar innovaciones de servicio, mejorar los servicios basados ​​en suscripción y lograr que los clientes adapten la gestión de impresión en la nube, conseguir facilidad de reciclaje y el valor reciclado de los componentes, como por ejemplo en las tintas.

Siendo capaces así de incorporarnos estratégicamente cada día más en miras de un mundo mejor, donde cada uno aporte su granito de arena para seguir desarrollando, avanzando y creciendo.

Como dice Jorge Frascara, diseñador gráfico argentino, en su libro el diseño gráfico para la gente: “El objetivo de todo diseño de comunicación es un cambio que ocurre en la gente, después de que la comunicación ha tenido lugar (…) El verdadero problema del diseño reside en la identificación de las necesidades y en la definición de los paradigmas. Si no participa en esos niveles, la tarea del diseñador se reduce a la del elegante ejecutor de la concepción de otra persona, y en consecuencia se transforma en dependiente del poder del marco dentro del cual tiene lugar su participación profesional.”.

Estaría bueno pensarlo, ¿no? Concepto para desmenuzar y ver qué sentido produce, por qué y para qué.

Así mismo, me gustaría traer a colación un párrafo de Joan Costa Solà-Segalés (más conocido como Joan Costa), comunicólogo, diseñador, investigador y metodólogo español, en su escrito Diseño de Comunicación Visual: el nuevo paradigma donde sostiene que “la misión del diseño de comunicación visual consiste en englobar la disciplina de diseño gráfico y audiovisual como base del trabajo del visualista superar el ámbito tradicional de la hoja de papel y el tecnológico de las pantallas para llevar también la información visual a los objetos, los servicios y el entorno urbano, reducir la complejidad del entorno y de los procesos hacer el entorno más inteligible, agradable y mejor utilizable incorporar información útil (semántica y estética) al entorno, a las construcciones y a los objetos para optimizar su uso o su disfrute adaptar la estrategia comunicacional y el lenguaje visual a la cultura media del grupo destinatario, a sus códigos generacionales o profesionales y a sus expectativas organizar la coherencia estética, formal y significante de los mensajes y las informaciones diseñar interfaces, servicios y modelos que faciliten sus prestaciones a los usuarios visualizar las realidades invisibles para hacerlas comprehensibles y memorizables, incorporándose así a la cultura personal contribuir a la cultura, a la educación ciudadana y a la sensibilidad estética divulgar la información científica y la innovación de utilidad pública despertar el interés autodidáctico como factor de libertad individual y colectiva.”.

Teniendo todo lo anterior en cuenta, creo que hay mucho para pensar y actuar en este momento de nuestras realidades, donde los modelos de negocios se van gestando de diferente manera, modificándose rápida y sustancialmente. Debemos afrontar el futuro de una manera óptima, innovadora, a través del conocimiento; ese es el conocimiento de los cambios.

Mi intención es seguir abriendo puertas para interactuar. Estamos inmersos en una industria donde se generan procesos de transiciones y desarrollo. Dentro de esta, la percepción del valor productivo y económico, la creatividad e innovación, como así también su función social, ambiental, económica y política, van adquiriendo un nuevo sentido. Son nuevas tendencias en un nuevo paradigma, en una nueva perspectiva de ver al mundo. Creo que entre todxs podemos hacer la diferencia.