Testimonios y opiniones
– Guillermo Cácharo. "En primer lugar, siempre pensé que, aunque se supone que todos entendemos de qué se habla cuando hablamos de “diseño social”, el rótulo es equívoco y puede prestarse a un malentendido, que considero inconveniente. L a denominación, aplicada específicamente a un tipo de diseño de comunicación visual, supone que hay un diseño gráfico que tiene función social , y otro que no l a tiene Pero la índole misma y la presencia de las prácticas de diseño hace imposible que no cumplan ninguna.
La dicotomía entre “diseño social” y “diseño no social” parecería eximir a quienes practican el segundo de toda responsabilidad, como si sus producciones no tuvieran efectos sociales, culturales, e ideológicos. Y el riesgo en esos casos es que inciden fuertemente sobre las ideas, los deseos, las experiencias, pero inadvertidamente. Hay profesionales del diseño que abiertamente encaran su labor con el objetivo de ejercerla activamente en relación con problemáticas sociales y políticas (no necesariamente partidarias). Lo que usualmente se nombra como “compromiso”. En esos casos considero de gran valor el modo como articulan su trabajo profesional de forma que se corresponda con su posición o perspectiva ideológica, que en general está atenta a la defensa o ampliación de derechos, a la propagación de valores que contribuyan al bien común. Esa tarea me resulta imprescindible, porque revierte una exclusión histórica que ha caracterizado a las causas sociales (la imposibilidad de acceder a las condiciones materiales del acto de diseñar, o a una reflexión “profesional” sobre las características de una comunicación que atienda tanto al decir como a lo dicho), y porque contrarresta tanta comunicación hegemónica producida únicamente de acuerdo con los criterios y mandatos del mercado."
– Paula Petroni. "Participé del proyecto Chafariz** como estudiante avanzada de Diseño Gráfico de la la Fundación Gutenberg. El proyecto partió de la necesidad de promover el desarrollo de comunidades rurales en Argentina. Para ello, la ONG COINCIDIR ideó un proyecto llamado L.E.E.R y L.E.E.R. BILINGÜE dirigido a escuelas rurales de distintos distritos educativo. Para el proyecto confeccionamos un libro del tipo enciclopedia de animales típicos del paraje. A partir de las singularidades de la escuela: los alumnos son bilingües y trilingües: hablan la lengua MBYA GUARANÍ, ESPAÑOL y PORTUGUÉS además de las múltiples edades, (6 a 12 años) sumado a su locación selvática.
La lejanía de la metrópolis hace que no tengan visibilidad o riqueza gráfica en su cotidianidad. Nuestra propuesta fue hacer un aporte a la cultura visual y para ello tuvimos en cuenta todas las ilustraciones producidas por los niños, contempladas en el libro, no sólo para su función didáctica y educativa sino para que quede como acervo histórico de su escuela y como una demostración de respeto y una manera de enlazar las tres culturas. El desafío para mi equipo: Agus Viola, Yami Leibson y yo, fue materializar este aporte en una forma visual diferente a la que conocen, con el objetivo de expandir, acercar y abrirles caminos a un mundo externo que con el que no interactuan cotidianamente.
Por eso, nuestro principal objetivo fue generar una pieza de pertenencia, apropiación y descubrimiento y de identidad para los niños. En lo personal, este proyecto afianzó aún más mi pasión por el diseño editorial y su conexión directa con lo didáctico/educativo. Mi participación fue activa como diseñadora y coordinadora del proyecto de mi grupo y me encargué también de la edición fotográfica de las más de 40 ilustraciones de los niños. Me permitió no sol o aprender sobre o tras culturas sino que también la oportunidad de mostrarlo en la comunidad académica de Gutenberg en 2018 y en la Feria del Libro en 2019 junto a Ma. Laura Garrido en la charla “El diseño como herramienta social” en el marco de las Jornadas".