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La letra chiquita
legales y otros datos molestos del envase

Autora

Mg. DG María Laura Garrido

Publicado

14/04/2021

La letra chiquita legales y otros datos molestos del envase
El diseño de envase —además de la marca, la imagen y el color— contempla la inclusión de una serie de informaciones legales que suelen poner en riesgo el encanto del objeto diseñado. Se trata de una cantidad de texto indispensable para todo producto que quiera pertenecer al extenso universo del consumo masivo, ya que es el espacio de información ofrecida al consumidor como referencia de confianza del producto.
La letra chiquita —o textos legales— es la encargada de la noble tarea de detallar las características específicas de todos los productos: ingredientes, tipo de conservación, tiempo de vida estimado, valores energéticos; de los conservadores permitidos, para alertar posibles reacciones alérgicas; o de indicar la manera de maniobrar ciertos preparados ante la presencia de componentes que pudieran ser riesgosos para ciertos usuarios (como el caso de venenos o aerosoles tóxicos).

La cantidad de este tipo de información creció notablemente en los últimos tiempos a medida que se fue tomando una mayor conciencia de su importancia, tanto sea para evitar abusos o deslealtades con el consumidor como para asegurar buenas prácticas en la actividad comercial, el cuidado del medio ambiente y proteger la salud del consumidor.

Si bien es cierto que todo esto es muy alentador, ya que redunda muy a favor del usuario, se convierte en un dolor de cabeza para el diseñador gráfico. Y para el encargado de la impresión también.

En la producción de envases, embalajes y etiquetas para consumo masivo (esto incluye tanto la industria alimenticia, indumentaria, química, medicinal, de la construcción, por citar las más conocidas) existen normas legales que deben ser respetadas y cumplidas por todos los diseñadores y que se materializan en forma de letra, es decir, tipográficamente.

Desde la descripción misma del producto (leche pasteurizada, barrita de cereal o vinagre de vino), contenido neto, peso neto —con el agregado de las siglas de medida que correspondan—, ingredientes, indicaciones para el uso y/o consumo, nombre y dirección de la empresa responsable del producto, país de origen, fabricante original o compañía importadora y, nuestro tan «amado» código de barras. Todas estas cuestiones deben estar sí o sí integradas al diseño, así sea que se trate de la caja de un televisor o un caramelo masticable.

La letra es la forma sólida del lenguaje (Bringhurst, 2004) y por tal razón siempre está presente en toda pieza gráfica de comunicación, y mucho más si se trata de una pieza de consumo masivo que presenta todas las necesidades comerciales que detallamos anteriormente y por tal razón resulta muy importante saber elegirla.

La tipografía en ocasiones asume el rol de imagen y se convierte en marca, y en esa operación su atractivo visual es innegable, pero ¿qué pasa cuando su función es netamente descriptiva, informativa o legal?, ¿cómo hace ese texto para estar, funcionar y no molestar?

La letra en estas ocasiones hace efectiva su doble función comunicacional: como forma visual y como signo comunicante. En el diseño de envase esta funcionalidad se hace notablemente visible, fundamentalmente, porque condensa grandes cantidades de datos en superficies de tamaños muy disímiles. Y esta relación no es directamente proporcional, es decir, a menor tamaño menor información, por lo que el diseñador debe desarrollar habilidades vinculadas con las artes ocultas para poder resolver este tema. Chiste al margen, se trata de una situación que requiere de una gran destreza profesional.

Hay temas que son muy específicos de la tarea del diseñador de envases y etiquetas de productos masivos, algunos estrictamente legales, como que un jugo saborizado que contiene concentrado de fruta debe contener por lo menos un 25% de jugo de fruta y hacer mención de los saborizantes artificiales que lleva, en caso de tenerlos. Y otros asociados a cuestiones de salud como el caso de los cigarrillos, como el caso de los cigarrillos para los consumidores o los vinculados a cuestiones de seguridad como las advertencias con los productos químicos, venenos o aerosoles tóxicos. Cada caso reviste un tono particular en la manera de componer el texto.

A su vez, existe otro tipo de información: las concernientes al tipo de recuperación del material del envase: reciclable, reutilizable, descartable.

Todo esto –si bien no califica como tema de diseño– es parte del trabajo del diseñador que se encuentra alcanzado por la responsabilidad ética de su trabajo profesional.






La tipografía puede asumir diferentes funciones en un mismo envase: marca, descriptor. información y legales

Legible y lecturable ¿es lo mismo?

La tarea de componer toda esta información en forma de texto legible, lecturable, agradable e integrado a la propuesta de diseño contempla varias consideraciones. Por un lado, distinguir que una letra puede ser perfectamente legible pero no por eso lecturable. La gran mayoría de las morfologías tipográficas son legibles, porque es posible distinguir el sentido de su forma, pero que sea lecturable compete al comportamiento del texto y su capacidad de ser comprendido de manera clara y eficaz. Es cierto que los diseñadores no somos los responsables de la redacción de la información, que es una de las condiciones necesarias para producir contenidos entendibles (acorde a los diferentes tipos de usuarios) pero sí es función de los diseñadores la organización de estos bloques de texto. 

La alineación condiciona la lectura: no es lo mismo un texto marginado a la izquierda, a la derecha, centrado o emblocado. Cada caso plantea destrezas particulares por parte del lector y también condiciones de confort diferentes.

Los anchos de columna son un tema muy importante también, porque una columna excesivamente ancha (con demasiados caracteres) propicia la pérdida del hilo de lectura, tanto como una columna muy angosta complejiza la comprensión de la información.

La dificultad de lectura en este envase de pañales sobre un soporte de polietileno está relacionada con la elección tipográfica en relación al sistema de impresión que es propenso a presentar bordes difusos o un doble filete. 






La dificultad de lectura de este soporte está relacionada con el tamaño tan pequeño de la letra y el ancho excesivo de la columna de texto.

¿Letra más condensada o más negrita?

En la tarea de poder resolver la mayor cantidad de texto en el menor espacio posible el diseñador cuenta con los saberes del rendimiento en tipografía, esto es, sabe seleccionar la mejor fuente para resolver este tema. 

Habitualmente se asocia el tema de la condensación de las letras con el rendimiento, y por eso en muchas ocasiones se «apretujan» los textos en morfologías tipográficas que resultan ilegibles. En estos casos se logra que el volumen de información ocupe el espacio disponible, pero en detrimento de una lectura clara, o al menos posible, de la información. Esto no tiene sentido, porque estar pero no servir no es el propósito de este tipo de información.

En los envases muy coloridos e impresos en materiales brillosos es posible observar que, para garantizar el contraste de la letra, se recurre a la variable negra, bold o pesada de la tipografía. Esto no siempre es garantía de éxito, porque en tipografía lo grueso de la letra altera significativamente la buena lectura de la palabra. Los diseñadores sabemos que no elegimos a la forma de la letra de manera aislada, la letra se ve compuesta en palabra. Sino, no sirve, y la variable bold es un recurso de resalte que funciona en palabras pero que en el caso del texto genera masas de información de lectura conflictiva, puesto que hay poca contraforma que favorezca la lectura.






La dificultad de lectura en este envase de pañales sobre un soporte de polietileno está relacionada con la elección tipográfica en relación al sistema de impresión que es propenso a presentar bordes difusos o un doble filete. 

Estrategias gráficas para la composición de información

En los casos de grandes cantidades de texto en espacios reducidos, es importante la organización de la información tanto como la selección de la familia tipográfica. 

El ordenamiento en ítems o puntos para indicar ideas centrales es mucho más entendible que el texto corrido. A su vez genera una ganancia de espacio.





La dificultad de lectura de este envase con tanta cantidad de texto en un soporte de pequeño formato se resuelve con la estrategia del punteo temático 

Los gráficos, tablas o esquemas también resuelven de manera clara la información en reemplazo de grandes volúmenes de texto, activando otro tipo de lectura más rápida y liviana. 

El uso de pictogramas es otro recurso de valor en el desarrollo de información en espacios reducidos y que produce una lectura eficaz por parte del lector.





La cantidad de información en el exterior de este embalaje se resuelve con la utilización de una plantilla con pictogramas que reducen la cantidad de texto y agilizan la lectura 

Incidencia de la producción en el diseño de textos

Todo lo dicho anteriormente se encuentra afectado por la tecnología, los soportes, las tintas y los materiales de impresión. Antes de comenzar con el diseño de envases, etiquetas o embalajes el diseñador debe saber sobre qué material y tipo de impresión se realizará el trabajo final. 

En rasgos generales y sin entrar en detalle –ya que excede el alcance de esta nota– existen sistemas directos (flexografía, huecograbado o rotograbado, serigrafía) e indirectos (offset litográfico, tampografía, offset seco) y cada uno impacta en forma distinta en la definición del trazo de la letra. Esta información debe ser provista por el cliente a la hora del pedido del trabajo, pero es recomendable establecer un contacto directo con el encargado de la impresión del trabajo, quien será el que mejor sabrá asesorar al respecto.






En este caso la falta de legibilidad y lecturabilidad se debe a una falta de control en la interlinea del texto y un uso excesivo de mayúscula. 



En este caso el empastamiento de los cuerpos chicos es una consecuencia del tipo de impresión 



Chiquita pero con presencia

Esta sería un poco la idea. Que el texto sea pequeño es un hecho inevitable, pero no por ello que deje de ser visible.
El texto informativo de los envases debe ser considerado como una presencia útil y necesaria que también debe ser diseñada.
Por tal razón es que existen diseños de letras que contemplan el funcionamiento correcto del texto en cuerpos chicos sin pérdida de lectura. Es importante que quienes tengan que resolver esta problemática sepan contemplar estas situaciones: no se trata de tener una inmensa biblioteca de familias tipográficas sino de tener un repertorio de tipologías que resuelvan diferentes situaciones de diseño.
Todo lo enunciado anteriormente intenta enumerar de manera breve y concisa las herramientas con las que cuenta el diseñador a la hora de aplicar tipografía. Y también las consideraciones que tiene que contemplar a partir de la producción final para evitar sorpresas insalvables.
El diseño de envases, etiquetas y embalajes es tal vez la zona donde se hace más evidente la importancia del trabajo conjunto del diseñador con el impresor gráfico encargado de la producción del trabajo, la actualización permanente de los avances tecnológicos, los cambios en las normativas del etiquetado, entre tantas cuestiones que suelen impactar en nuestro trabajo de diseño y del que solemos enterarnos, una vez que estamos metidos en el baile.

¡Larga y buena vida a la letra chiquita!


Referencias
IMAGEN 2: (fuente: Pautas para la legibilidad de la información (2013), imagen publicada en p. 20).
Centro de Investigación y Desarrollo en Diseño Industrial (2013) Pautas para la legibilidad de la información. INTI Instituto Nacional de Tecnología Industrial, San Martin, Buenos Aires. E-book. ISBN 978-950-532-207-7
Bringhurst, R. (2004). The solid Form of language. Gaspereau Press, Canadá

Sobre el autora

Diseñadora gráfica y Magister en Diseño Comunicacional por la Universidad de Buenos Aires, con una Diplomatura en Educación, Imágenes y Medios (Flacso). Docente de Tipografía y Diseño Editorial desde hace más de 20 años en ámbitos públicos y privados. Participó en congresos y publicaciones nacionales e internacionales; forma parte de AtypI (Asociación Tipográfica Internacional) y fue la representante argentina durante 2015-2016. Es directora de proyectos de investigación en FADU y forma parte del comité editorial de la revista mexicana sobre investigación en Diseño de la UAM Azcapotzalco.


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