- Mi título es Diseñador en Comunicación Visual. Yo soy correntino (de Goya) y estudié en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de la Plata porque a nivel universitario era una de las dos únicas universidades que tenían esa carrera en el 84.

En esa época era absolutamente todo manual, prácticamente no había computadoras. De hecho, en mis inicios trabajé en un estudio de diseño donde nos dedicábamos mucho a hacer trabajo editorial. Hacíamos manuales para escuela primaria, libros de educación y juegos para una marca muy conocida. Todo se hacía a mano, así que la experiencia es completamente distinta ahora.

- Para empezar, siempre me gustó mucho la tecnología. De hecho, estando en cuarto año de la secundaria hice un curso de programación general en lenguaje basic. Con eso empecé a meterme en el mundo de la informática, en el año 82.

A fines del 90, ya daba clases en la FADU, me incorporé en su Secretaría de Investigaciones como Coordinador de publicaciones. Ahí había una persona que sabía algo de computación, operando con DOS, y me explicaba cómo entrar a los programas. Lo cierto es que eran más simples, entonces podías ir aprendiendo a usarlos poco a poco. Recuerdo que tenía un montón de machetes con los pasos para hacer determinadas cosas.

Después, tuve mi primera computadora alrededor de 1993. Eso me permitió experimentar más por mi cuenta, en una época en que los programas empezaron a expandirse más. En contraste, hoy el cambio es abismal, mucho más rápido. Incluso a mí, que siempre me interesó la tecnología, me cuesta seguir todo.

- Comparado con el mundo actual parecen dos actividades totalmente diferentes desde el hacer, pero no desde el pensamiento. Si bien obviamente, el diseño avanzó mucho con el surgimiento de perspectivas distintas; en realidad, todo lo que tiene que ver con estrategias comunicacionales sigue existiendo. Me refiero, por ejemplo, a cómo pensar y argumentar un proyecto. Obviamente, al cambiar la manera de comunicarse, también van a cambiar los métodos. Pero en definitiva, la base de la esencia sigue siendo la misma. Lo que a mí me enseñaron en la Universidad es a comunicar visualmente, a plantear proyectos de comunicación y poder trabajar desde ese lugar.

Por eso no me preocupa mucho que un alumno sepa manejar un programa u otro. Lo que me molesta mucho es cuando mencionás que estudiaste diseño gráfico y te responden “yo tengo un sobrino que maneja bien el Photoshop o el Illustrator” porque no pasa por ahí la carrera.

- Empiezo formulando que el diseño es comunicación visual. Para poder generar un proyecto, primero hay que, por lo menos, conocer en profundidad al cliente o al tema con el que uno está por trabajar, hacer una investigación, organizar toda esa información, plantear una estrategia comunicacional, plantear un concepto y comunicar. Recién después de todo eso se empieza a bajar las ideas a la gráfica en sí misma. Para mí el diseño siempre fue y va a ser esto, comunicación visual.

Entonces yo hago primero esa explicación y después empiezo a contar cuáles son todas las áreas donde podemos trabajar, como 2D O 3D, impreso o digital, estático o en movimiento, interactivo o no. Luego abarco las áreas, que pueden ser diseño editorial, packaging, diseño interactivo, imagen en movimiento, branding e identidad corporativa, por ejemplo, y a qué se dedica cada una.

- Amo la docencia. Yo me apasionó por lo que hago y trato de transmitir esa pasión. Me divierto mucho y trato de que mis clases sean divertidas. Una forma es tratar de bajarles consignas con desafíos, en el sentido de “a ver cómo lo hacen”. No busco lo tradicional, quiero algo más experimental. Entonces, busco que se diviertan y que jueguen con el diseño; que se pregunten todo el tiempo “¿y por qué no?”. Busco que traten de abrir todas las puertas posibles, de recorrer todos los caminos y que no se queden con lo que ya saben. Es importante que experimenten con lo que no saben y que se animen a equivocarse porque no tiene absolutamente nada de malo. Esta carrera es para cualquiera que tenga ganas de aprender.

- Lo lindo es ir viendo el progreso de los alumnos. Eso es extremadamente gratificante. De muchas de las cosas que nosotros enseñamos a los alumnos les cae la ficha mucho después, pero vos vas viendo ese progreso.

Podés verlos llegar con todas las ganas y con todos los miedos. Incluso, algunos vienen todavía con una mentalidad de divertirse y no tomar muchas responsabilidades, y poco a poco van cambiando su mirada y van metiéndose de a poquito en el mundo del diseño y terminan siendo profesionales fantásticos. Para mí, ir viendo ese crecimiento es una de las cosas más lindas.

- Yo siempre digo que los tres lugares donde trabajo son los lugares que elijo porque se toma el diseño con mucha responsabilidad y seriedad. En Gutenberg me gusta mucho la mirada que hay sobre el diseño.

Diseño gráfico es una carrera nueva y hay perspectivas muy diferentes sobre qué es el diseño. Hay otras instituciones donde te enseñan a manejar programas y nada más. Para ellos el diseñador es una persona que sabe manejar programas. En la Gutenberg se toma el diseño de otra manera. Yo coincido con esa mirada. Creo que, estando desde el 2005, soy uno de los docentes más antiguos en la carrera, por lo que también me siento parte de la construcción de la identidad de Gutenberg y de la carrera.

Además, el hecho de que sea una cursada relativamente chica te permite tener un contacto con los alumnos y llegar a conocerlos. Yo conozco a todos mis alumnos, sus trabajos, su recorrido y su avance. Eso para mí es fundamental y en Gutenberg eso está. No cambio la Gutenberg por nada. Tiene un grupo humano muy bueno y, a nivel docente, es de lo mejor.