-¿Cómo elegiste estudiar en Gutenberg?

-Yo empecé la carrera del diseño gráfico en 2011, apenas terminado el colegio. Siempre quise hacer Diseño Gráfico, lo tenía muy en claro desde chico. Siempre me gustó y, de hecho, en la primaria ya tenía Diseño Gráfico como materia, donde me enseñaron a usar algunos programas.

En el secundario ya empecé a averiguar en un par de facultades y la Gutenberg me terminó gustando desde que la fui a visitar, el día de la charla de la carrera y te hacían conocer la sede. Me encantó que estaba lleno de computadoras y estaban las máquinas de impresión. Me llamó mucho la atención encontrar un lugar donde todo sucedía ahí.

-¿Cómo afectó la carrera a la visión que tenías del Diseño Gráfico?

-Gutenberg sumó a todo lo que ya tenía incorporado, y fue como subir el nivel. Por ejemplo, primero tenía el preconcepto de que el Diseño era una cuestión que pasaba más por la computadora. Y recuerdo que, como las primeras materias son mucho más manuales en cuanto al dibujo y el uso del papel, estuvo bueno esto de “volver al inicio” como para asentar las bases y después poder pasar a la compu.

Creo que esa introducción que tiene la carrera es muy interesante, porque sirve como para decir que no todo pasa por lo digital, sino que hay un paso previo de experimentación, de exploración gráfica en el que la computadora no hace falta. Es mucho más enriquecedor hacer la experiencia a mano con un lápiz, con un papel, con una pintura, con lo que sea.

Después, en la carrera aprendí mucho. No solamente en el marco teórico, sino también en la articulación con la práctica, algo que está muy bien logrado en la carrera. No es que vienen, te explican algo y listo, sino que lo podés poner en práctica, lo podés aplicar y ver cómo funciona. Para mí, eso es clave.

-En lo personal, ¿Qué aspecto del diseño te apasiona más?

-Lo que a mí más me gusta es lo que se llama lettering, dibujar letras. Eso me gusta mucho y ahí incursiono un poco más. En la carrera, la materia de tipografía me encantó pero la sufrí porque implicaba también trabajos con plumas, que no es nada fácil y son muy exigentes con la caligrafía. Ahí también aprendí a escribir con pluma de puta chata, que nunca había practicado con eso y ahí me empecé a interiorizar mucho más en las letras.

-¿Cómo conjugaste la experiencia laboral con el estudio?

-Desde que empecé a estudiar, ya hacía trabajos por mi cuenta, pero en escala pequeña para conocidos o amigos que quizás necesitaban algún logo, una tarjeta o algo así. Después empecé a trabajar más de lleno y conociendo gente que me recomendaba.

En 2014 por una cuestión de salud tuve una pausa en mi carrera, volví en 2015, terminé la carrera en 2016 y empecé a trabajar de nuevo entre 2016 y 2017. En ese tiempo, fue muy importante la Gutenberg para mí, especialmente Marina porque me acompañó mucho y me ayudó a retomar cuando volví.

En 2019 entré a trabajar en una agencia de publicidad, Wunderman Thompson, y estuve hasta el 2021, cuando pasé a BML. Es otro tipo de diseño, más publicitario, es otro estilo.

-¿Qué tiene de distinto trabajar en una agencia?

-El trabajo de agencia es bastante diferente respecto al de estudio o freelance. De hecho, muchas veces estoy en conflicto con el trabajo del diseñador en agencia, especialmente cuando empecé a cursar la licenciatura, que fue como una vuelta de tuerca respecto a cómo venía pensando al Diseño y el rol que debe tener el diseñador. En la agencia, ese rol del diseñador es diferente porque el ritmo es mucho más vertiginoso y frenético. Por lo general, las agencias necesitan mucha gente para generar muchos trabajos y las grandes marcas necesitan generar cantidades de contenidos y, en ese escenario, es mucho más lo que se ejecuta que lo que se planifica.

Por un lado, esa experiencia puede ser muy enriquecedora porque tenés copywriters, directores de arte, tenés varias personas con las que uno puede compartir ideas. Pero, por otro lado, el grueso del trabajo por lo general consiste en ejecutar piezas que tienen que salir rápido para redes sociales o medios digitales. Por ejemplo, yo trabajo en las cuentas de KFC y de Wendy's, y lógicamente hay mucha promoción de los productos. Recién ahora estoy en una etapa en la que tengo un poco más de relación con la dupla creativa y puedo aportar mi capacidad creativa como diseñador, como creador de mensajes.

Hay mucha escala en las agencias y estás muy limitado por muchos factores. Para poder crecer ahí tenés que estar un tiempo largo y sacrificar mucho porque el rol del diseñador también está muy asociado al no dormir y a trabajar día y noche. Si bien puede pasar cuando uno es freelance, en un lugar donde es el trabajo más formal como una agencia considero que no debería suceder eso.

-Entonces, ¿A donde apuntás tu futuro profesional?

-Mi horizonte, lo que más me gustaría, es poder trabajar ya sea por mi cuenta o en un estudio, donde pueda llevar a cabo proyectos de branding, de desarrollo de una identidad aplicando conceptos y no se esté corriendo todo el tiempo. Pero más que nada donde se pueda aplicar ese pensamiento creativo, esa capacidad intelectual que creo que los diseñadores tienen y donde puedan tener lugar las letras, por ejemplo.

-¿Qué consejo le darías a alguien que empieza la carrera de Diseño?

-Creo que especialmente cuando uno arranca es clave la experimentación y la exploración gráfica. Es fundamental entregarse a eso. Al principio, te dan muchos ejercicios de exploración y es importante animarse a probar cosas sin pensar tanto. Y también que se lo tomen con calma, que también disfruten la carrera. Quizás en el afán de hacerla rápido quieren hacer todas las materias juntas, pero cada una lleva también su tiempo y está bueno disfrutarlas.